Se trata de la anestesista Nélida Inés Puente y del endoscopista Diego Ariel Bialolenkier. Deberán responder por el delito de homicidio culposo.
El caso por la muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin fue elevado ayer a juicio por el juez de primera instancia Carlos Manuel Bruniard. Dos médicos que participaron en la endoscopía realizada en el Sanatorio de la Trinidad, de Palermo (ciudad de Buenos Aires), el 6 de febrero, cuando la periodista y legisladora perdió su vida, deberán responder por el delito de homicidio culposo. Se trata de la anestesista Nélida Inés Puente y al endoscopista Diego Ariel Bialolenkier. En el escrito de citación a juicio, Bruniard resolvió “no hacer lugar al sobreseimiento” pretendido por las defensas, tanto de la anestesista como del endoscopista. Los médicos fueron procesados luego de la autopsia hecha a Pérez Volpin y con base en el testimonio de varios profesionales que participaron o fueron testigos de la endoscopía que le realizaban a la periodista. En agosto, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional había confirmado los procesamientos dictados por el magistrado en contra de los profesionales. Al procesarlos, el juez Bruinard subrayó que el médico endoscopista no pudo explicar en la instrucción qué llevó a que una paciente sin ninguna patología previa, a minutos de comenzar con un estudio inocuo, terminara perdiendo la vida.
El caso La periodista falleció mientras Bialolenkier y Puente le realizaban una videoendoscopía. La autopsia concluyó que el tubo del endoscopio perforó completamente las paredes de tejido de su esófago, convirtiéndose en una vía letal de aire hacia su tórax, que causó enseguida un enfisema de tal magnitud que los forenses se sorprendieron al detectar aire hasta en el cerebro de la periodista, circunstancia tan infrecuente que algunas voces autorizadas consideraban digna de citarse en revistas de medicina por su singularidad. La perforación, de alrededor de 3 milímetros, atravesó las cuatro capas de tejido del esófago (mucosa, submucosa, muscular y adventicia) y abrió una vía de pasaje de aire al tórax de Débora, lo que en pocos segundos generó un neumótorax.
Fuente: Comercio y Justicia