Una sanción poco educativa.

Un alumno fue suspendido por una escuela hasta quedar libre tras haber fabricado un «artefacto explosivo» en horario de clase.

La Justicia de Salta ordenó reincorporar al joven a las actividades académicas. Un colegio deberá reincorporar a un alumno que fue suspendido hasta quedar libre. Así lo resolvió la jueza Sandra Sánchez de la Sala II del Tribunal de Juicio y de Menores 2 de Tartagal, en el marco de los autos “Acción de Amparo presentada por la Asesora de Menores Nº02, en representación del menor A.R.O. C/ Instituto Secundario J. C. D.”. Todo comenzó cuando los alumnos iniciaron la jornada con una clase de química en la que manipularon elementos como cloro, cloro en pastilla y alcohol entre otros elementos del laboratorio. Luego, durante la hora libre y sin supervisión alguna, los alumnos hicieron un preparado con dichos materiales en una botella de plástico y comenzaron a manipularla. Minutos más tarde, el joven depositó la botella en un cesto de basura donde produjo la explosión. El adolescente, quien cursaba el quinto año del establecimiento educativo, fue sancionado, lo que derivó en una acción de amparo para que se ordene “garantizar el derecho a la educación” del menor. La institución educativa solicitó el rechazo de la acción de amparo y señaló que se trató de un episodio gravedad dado que los alumnos fabricaron y detonaron “el artefacto explosivo” en la galería interna del colegio.

En este escenario, la jueza analizó la decisión de la institución y las medidas disciplinarias. “En el caso que nos ocupa, evidentemente la reacción de la autoridad escolar frente al adolescente señalado como transgresor, fue imponer una sanción, la más drástica injusta y arbitraria desde la perspectiva del alumno y la más ejemplificadora desde la perspectiva del establecimiento”, señaló. Puntualmente, la jueza sostuvo que la decisión fue apresurada ya que entre el hecho y la decisión de suspender a los alumnos hasta quedar libres por inasistencias hubo menos de 24 horas. “No se le dio la oportunidad de que se valore su real arrepentimiento, porque no lo pudo expresar, se debe priorizar el dialogo para resolver los conflictos”, afirmó y agregó: “La íntima naturaleza penal de una sanción, nunca debería quedar al arbitrio de un rector o consejo directivo. Así funciona el principio de legalidad, que es constitucional y constituyente de un estado democrático”. El fallo advirtió que el joven fue siempre un buen alumno y con asistencia perfecta. Tampoco contaba con sanciones disciplinarias previas y manifestó “su deseo de disculparse” por el hecho. La magistrada ordenó reincorporar al joven a las actividades académicas del establecimiento como alumno regular, quien además deberá realizar un trabajo de investigación sobre cómo llevar a cabo un experimento, el cual deberá ser supervisado y evaluado por el docente de la materia química. También deberá redactar una nota de disculpas a los padres que presentaron su queja a la institución educativa, la cual deberá asignarle al joven una tarea solidaria o social estrictamente necesaria dentro del establecimiento.

Fuente: Diario Judicial

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