En San Juan, un Juez de Paz ordenó a las autoridades medidas de protección de una joven con discapacidad motora y en un extremo estado de vulnerabilidad.
La chica, que no tiene los miembros inferiores, vive con 13 personas en una casa de dos habitaciones y era hostigada por sus hermanos. “No puedo permanecer impasible, ignorando la aparente realidad circundante”, sostuvo. Ante una situación de extrema vulnerabilidad por parte de una joven de 24 años que tiene discapacidad motriz, el juez de Paz Letrado de Pocito, San Juan, Fernando Vargas, dictó una seria de medidas cautelares para protegerla. El magistrado, tras recibir informes por parte de profesionales del Hospital Federico Cantoni de Pocito que daban cuenta de la situación de una joven de 24 años en estado de vulnerabilidad psíquica y física, hizo lugar a la solicitud de que se le facilite un cuidador o acompañante las 24 horas del día y la cobertura de necesidades básicas relacionadas con su enfermedad, entre otras medidas. La joven carece de sus miembros inferiores, aunque se encuentra lúcida. Según informaron autoridades del hospital, la víctima vive con 13 personas en una pequeña casa de dos habitaciones, sin baño particular, y era hostigada y maltratada por sus hermanos “No puedo permanecer impasible, ignorando la aparente realidad circundante (…) sin tratar de evitar el riesgo que pesa sobre los afectados, evitándoles el agravamiento de los perjuicios concretos derivados del maltrato que se cierne sobre ellas, mediante la adopción de una medida urgente y eficaz a fin de preservar su salud e integridad”, adelantó el magistrado.
Entre las medidas ordenadas, el juez Vargas conminó a los familiares “a cesar en las actitudes agresivas y falta de cuidado e higiene”, y para ello exigió a la Comisaria Séptima de la Policía que implemente las medidas necesarias para que controle en forma periódica ese domicilio. Además, ordenó que el Ministerio de Desarrollo Humano arbitre los “los medios técnicos e institucionales” para realizar un seguimiento social y psicológico del grupo familiar, y para que, junto con la Municipalidad de Pocito, le provea a la víctima los materiales necesarios para construirle una habitación particular, con baño propio, y que se le facilite equipamiento que va desde cama ortopédica, un colchón antiescaras, un concentrador de oxigeno, una silla de ruedas, pañales y la medicación necesaria. Según informa el portal del Poder Judicial de San Juan, las medidas han sido cumplidas casi en su totalidad, y en el mes de octubre la joven podrá alojarse en su nueva habitación refaccionada, con los elementos necesarios.
Fuente: Diario Judicial