Un fallo desestimó la ejecución de una hipoteca que se concretó con el «cuento del tío».

La justicia uruguaya rechazó el pedido sobre un hotel de Punta del Este al señalar que su venta se hizo a partir del abuso de una relación de familiaridad.

Un fallo en primera instancia desestimó la ejecución de una hipoteca existente sobre un hotel de Punta del Este. El fundamento fue que la parte vendedora abusó de la relación de familiaridad y amistad que tenía con los compradores. En la sentencia se determinó que el vendedor abusó de ese grado de familiaridad con los compradores pues no les dio la información completa sobre la realidad económica y financiera del hotel que estaban comprando, y que era muy diferente a la que les había señalado. El abuso de la familiaridad llegó a tal punto que un cura español afirmó que el negocio se concretó gracias a su intervención. De acuerdo a lo que surge del expediente, el vendedor le dijo a los compradores que el hotel generaba ganancias suficientes para pagar sin inconvenientes las cuotas anuales que ascendían a u$s150.000. Pero una pericia contable realizada durante la actuación judicial indicó que el hotel siempre “dio pérdidas”, razón por la que era imposible pagar esa deuda contraída. “Es más, la perito aclaró que ni siquiera ocupado totalmente el hotel todo el año era posible pagar las cuotas de u$s150.000 anuales», determinó la sentencia que reprodujo el diario El País, de Uruguay. Por esta razón el 15 de junio pasado, el juez civil de 14º turno, Fernando Raúl Tovagliare Romero, declaró la nulidad del contrato de compraventa de acciones de la firma Topy SA y la cesión de las cuotas sociales de la firma Pierre SRL, celebrado el 11 de setiembre de 2013.

También dispuso la nulidad del contrato accesorio de hipoteca concretado el 7 de octubre de 2013 entre Topy SA y Cenyt Consultoría Organizacional SL por entender que en la referida operación existió el «vicio del consentimiento (dolo), en virtud de la falta de información debida a los compradores, existiendo un aprovechamiento de la confianza derivada de un vínculo cuasi familiar, como fundamento del engaño». Se trata de la compra del hotel entonces denominado «Don Pepe», ubicado en el bulevar Artigas en el barrio Cantegril.

Fuente: Infobae Profesional

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