Seis años para dos ex funcionarios de José Alperovich en el caso Lebbos.

Condenas por encubrimiento.

El acusado del secuestro y crimen de Paulina Lebbos, Roberto Gómez, fue absuelto. Seis años para el ex secretario de Seguridad Di Lella y el ex jefe policial Sánchez. Otras dos condenas de cinco y una de tres, condicional. Finalmente, trece años después de cometido el crimen de Paulina Lebbos, en Tucumán, Roberto Gómez, el único acusado por la privación ilegítima de la libertad y homicidio de la joven, resultó absuelto. Al mismo tiempo, el ex secretario de Seguridad, Eduardo di Lella, y el ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, a seis años de prisión por encubrimiento; Nicolás Barrera (ex subjefe de Policía) y Héctor Rubén Brito (ex jefe de la Unidad Regional Norte) a 5 años; y a Waldino Rodríguez, ex policía de Raco, a 3 años, de ejecución condicional. El juicio oral por el crimen de Paulina Lebbos, en el que declararon 162 testigos, inició el 6 de febrero de 2018 y estuvo a cargo de los jueces de la sala III en lo Penal, Dante Ibáñez, Carlos Caramuti y Rafael Macoritto. Roberto Luis Gómez, quien llegó al juicio en libertad, fue el único acusado por la privación ilegítima de la libertad y homicidio de Paulina Lebbos. Gómez había sido detenido en 2013, a partir del informe de una empresa de telefonía celular que identificó que su chip había sido usado en el teléfono de la víctima, y liberado en 2016 por decisión de la Corte Suprema de la Nación, que tuvo en cuenta que se habían cumplido los límites que establece la ley para estos casos.

Además de Gómez, otras cinco personas estaban imputadas por encubrir el crimen: Eduardo di Lella; Hugo Sánchez; Nicolás Barrera; Héctor Rubén Brito y Waldino Rodríguez. De estos imputados, que ejercieron sus cargos en la primera gestión del ex gobernador tucumano José Alperovich, solo Sánchez estuvo detenido durante el juicio, luego de que su abogado amenazara a un testigo. Gómez, Sánchez y Di Lella tuvieron, ayer, la oportunidad de decir sus últimas palabras (los otros tres acusados lo hicieron la semana pasada). Sánchez aseguró ante los jueces que la prensa “se encargó de difamarlo” y agregó que no llegó al juicio “acusado de encubrir el asesinato de la joven como dijeron los medios, sino por el supuesto encubrimiento del comisario Enrique García”, comisario condenado a cinco años de prisión en 2013, acusado de confeccionar actas falsas que confirmaban que el cuerpo de Paulina había sido hallado por la policía durante un rastrillaje. A su turno, Di Lella sostuvo su “total y absoluta inocencia” mientras que Gómez también dijo que es “inocente” y que se encuentra sometido a juicio “injustamente”. El fiscal Carlos Sale había solicitado, antes de la feria judicial de enero, penas de entre 6 y 10 años para los seis acusados. La condena más alta la pidió para Gómez, a quien consideró partícipe secundario de la “privación ilegal de la libertad seguida de homicidio” de Paulina Lebbos. La querella, en tanto, había pedido prisión perpetua para Gómez y penas de entre 7 y 14 años y medio para los imputados de encubrimiento. Alberto Lebbos, padre de Paulina y querellante del juicio, aseguró ante los jueces que va a ir a buscar con el “último aliento” a “todos los asesinos que integraron la banda junto con Gómez, que terminaron con la vida de Paulina, porque en este juicio falta gente y fueron protegidos por los imputados sentados hoy acá”. Lebbos era subsecretario de la Juventud durante el gobierno de Alperovich y renunció al cargo para acusar al ex gobernador de ser “responsable ideológico del encubrimiento” del crimen de su hija, según dijo en una entrevista con PáginaI12 realizada a principios de la investigación. En algún momento de la larga investigación, Alperovich llegó a decir que sabía quién era el asesino de Lebbos. Pero nunca dio su nombre.

El crimen ocurrió hace exactamente 13 años. El 26 de febrero de 2006, Paulina Lebbos salió de un boliche de la zona conocida como el ex Abasto, en la capital tucumana, al que había ido a bailar con su amiga Virginia Mercado. Según determinaron los investigadores, alrededor de las 6.30 de ese día ambas subieron a un remis color bordó: Virginia descendió primero en su domicilio de La Rioja al 400 y Paulina siguió viaje hasta la casa de su novio, aunque nunca llegó a destino. Después de 13 días de búsqueda, la joven fue hallada asesinada al costado de la ruta provincial 341, a la altura de Tapia, a unos 30 kilómetros de la capital tucumana. Lograron dar con uno de los acusados luego de analizar el celular de la víctima. Al principio de la investigación, a cargo del fiscal Carlos Albaca –quien en diciembre de 2013 renunció a sus funciones para jubilarse, tras ser cuestionado por mantener la causa parada durante muchos años y haber puesto en duda el asesinato de la joven–, el celular de Lebbos no fue investigado. El segundo fiscal, Diego López Ávila, decidió seguir esa pista y, gracias al trabajo de un equipo especializado, logró descifrar que desde la desaparición de Lebbos se habían introducido tres chips en su teléfono: el de Antonio Maximiliano Gallardo (separado de la causa luego de que los jueces comprobaran que se había falsificado su firma para obtener esa línea de teléfono), el de una mujer que dijo que la línea era utilizada por Gómez y el de otra persona que nunca pudo ser identificada. Si bien de esta manera se pudo vincular a Gómez a la causa, aún continúan las dudas sobre la participación de otras personas en el crimen.

Fuente: Pagina 12

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