La iniciativa logró 40 votos a favor del oficialismo y 30 rechazos provenientes de la oposición. Se hizo en una sesión especial remota
El Senado convirtió en ley el proyecto que regula el Teletrabajo, que fija derechos y obligaciones para quienes desarrollen el trabajo remoto. Lo hizo por 40 votos afirmativos y 30 en contra en una sesión especial remota.
En el mismo se establece una serie de condiciones que quedarán activas «luego de 90 días contados a partir de que se determine la finalización del período de vigencia del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio«.
Los 40 votos a favor fueron del oficialismo, sin el aliado de Juntos Somos Río Negro, Alberto Weretilneck. Mientras que los 30 rechazos fueron provenientes de la oposición, que en Diputados acompañó en su mayoría el texto en cuestión.
La bancada de Juntos por el Cambio firmó un dictamen en minoría en desacuerdo con aspectos de la ley que, a su criterio, tornaban «más rígida» la regulación y «desalentaban» a los empleadores a promover puestos de trabajo de esta naturaleza.
En representación del oficialismo, Mariano Recalde defendió el proyecto al señalar que «no surge a las apuradas», destacó que tuvo «amplio consenso en la Cámara de Diputados» y afirmó que la ley «garantiza derechos que ya existen, que de no ser respetados harían retroceder al país 100 años».Los 40 votos a favor fueron del oficialismo
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«Es muy sano que la ley prohíba al empleador, por ejemplo, efectuar llamados fuera del horario laboral«, sostuvo, y remarcó que la cuestión de la reversibilidad del formato de teletrabajo -uno de los puntos cuestionados por la oposición- alcanza con un preaviso de 15 días.
El jefe de los senadores de Cambiemos, Luis Naidenoff, declaró que «hay una mirada sesgada (del oficialismo) con esta idea de no aceptar cambios» y señaló «falta de sentido común», ya que la ley «pone un freno a las fuentes de trabajo» y demuestra «una enorme torpeza desde lo político».
Principales puntos de la ley
La ley aprobada con los votos del Frente de Todos busca establecer los presupuestos legales mínimos para la regulación de la modalidad de teletrabajo en aquellas actividades que lo permitan por su naturaleza y características, y aclara que los aspectos específicos se establecerán en el marco de las negociaciones colectivas.
Las personas que trabajen bajo esta modalidad gozarán de los mismos derechos y obligaciones que las que trabajen en forma presencial y su remuneración no podrá ser inferior a la que percibían o percibirían en modalidad presencial.
Además, determina que los convenios colectivos deberán prever una combinación entre prestaciones presenciales y por teletrabajo.
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Respecto a la jornada laboral establece que debe ser pactada previamente por escrito en el contrato de trabajo, de conformidad con los límites legales y convencionales vigentes y que las plataformas y/o sistemas utilizados por el empleador deberán desarrollarse de modo acorde a la jornada laboral, impidiendo su conexión fuera de la misma.
También menciona el derecho a la desconexión digital, es decir la posibilidad de no ser conectados y a desconectarse de los dispositivos digitales fuera de su jornada laboral y durante los períodos de licencias aquellos trabajadores que se desempeñen bajo esta modalidad, sin que sean sancionados.
Sobre las tareas de cuidado, señala que quienes cumplan esa actividad y acrediten tener a su cargo, de manera única o compartida, el cuidado de personas menores de 13 años, personas con discapacidad o adultos mayores que convivan con la persona trabajadora y que requieran asistencia específica, tendrán derecho a horarios compatibles con esas tareas de cuidado y/o a interrumpir la jornada.
El traslado de quien trabaja en una posición presencial hacia la modalidad de teletrabajo, salvo casos de fuerza mayor debidamente acreditados, debe ser voluntario y el consentimiento debe prestarse por escrito. Esta ley fija derechos y obligaciones para quienes desarrollen el trabajo remoto
El punto sobre la reversibilidad, uno de los que más discrepancias generó, indica que el consentimiento prestado por la persona trabajadora para pasar a la modalidad de teletrabajo es reversible en cualquier momento de la relación laboral.
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La ley ordena que el empleador debe proporcionar el equipamiento, las herramientas de trabajo y el soporte necesario para el desempeño de las tareas, y asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de las mismas, o compensar por la utilización de herramientas propias de la persona trabajadora.
Media sanción de Diputados la semana pasada
La Cámara de Diputados había aprobado el jueves pasado el proyecto que hoy se convirtió en ley, con 214 votos positivos, uno negativo y 29 abstenciones, la iniciativa que modifica que modifica la ley de Contratos del Trabajo fue avalada después de cuatro horas de debate.
En las discusiones previas, realizadas el miércoles de la semana pasada, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio trabajaron a contrarreloj para acercar posiciones y finalmente el acuerdo que quedó plasmado en un dictamen unificado, pese a que la oposición firmó con disidencias parciales.
Al borrador original se le incorporó un plazo de 90 días para la entrada en vigencia de la ley después de la finalización del aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, para darle un margen de tiempo a los empleadores a adecuarse a las exigencias que demandará el nuevo marco normativo, algo que en plena cuarentena se considera que podría ser peligroso por la fuerte caída de la actividad.
Al introducir el debate, la presidenta de la comisión, Vanesa Siley (Frente de Todos), destacó: «Hemos arribado a un consenso donde hubo que articular intereses muchas veces contrapuestos y así y todos hemos emitidos un dictamen protectorio para el trabajo».
Por su parte, el vicepresidente, Albor Cantard (UCR), resaltó que el propósito de la regulación es «garantizar un piso de derechos a los trabajadores», mientras que las especificidades de las prestaciones quedan libradas a las negociaciones de los convenios colectivos de cada actividad.
El diputado oficialista y titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, consideró que «es una forma de evitar esos vacíos legales que suelen terminar en abusos de algunos sectores empresarios».
Fuente: Iprofesional