El uso de lenguaje claro en resoluciones judiciales es una tendencia que sigue creciendo. Adopciones, condenas penales y hasta fallos por daños y perjuicios contienen párrafos redactados para ser entendidos por las partes. Diario Judicial recopila antecedentes y opiniones.
«Hay que acercar la Justicia a la gente». Una frase hecha que se viene repitiendo cada vez más en el ámbito de los operadores del sistema de administración de justicia, a la parte del crecimiento de encuestas que sitúan al Poder Judicial bien abajo en el ranking de instituciones con peor imagen.
Una de las razones, coincide la mayoría, pasa por la dificultades en la comunicación de los actos de gobierno del Poder Judicial: sentencias, resoluciones, autos y providencias robozantes de latinazgos y en lenguaje encriptado. Pero la problemática no alcanza sólo de un lado del mostrador. Abogados y abogadas también continúan con la tradición de redactar con el fin de que sólo lo entienda un grupo minúsculo y no los principales interesados en la cuestión. Nada más y nada menos que las partes.
Ante esta problemática, son muchos los que han comenzado a desandar el camino de hacer sencillo lo complicado, alejarse – en lo posible- de los mandatos de la solemnidad y redactar sentencias, resoluciones, demandas aptos para todo público. Se trata de una iniciativa que, poco a poco, sumas más adeptos: la de redactar en «lenguaje claro».
El juez Guillermo González Zurro, titular del juzgado nacional en lo civil Nº 109, afirmó en un artículo titulado “Sentencias y lenguaje claro”(1) que el acceso a la justicia “comprende el derecho a la información en lenguaje claro” y propone “expandir los límites herméticos del lenguaje judicial, cerrado a especialistas y excesivamente formal”.
Advierte, además, que el lenguaje claro no es sinónimo de fácil: “Mantiene la dificultad de los problemas propios del Derecho, no suprime ninguna información esencial, es preciso. Pero todo ese contenido se intenta comunicar de una manera más comprensible, más legible y clara”.
“El uso de giros en otro idioma como pueden ser los latinismos, todos ellos alejan a la persona común de lo que se está resolviendo y de lo que es su caso»
Del mismo modo, la abogada Mónica J. Graiewski sostuvo en “El lenguaje claro en el ámbito jurídico” que para los letrados, el uso de lenguaje claro “es estratégico”, ya que a las personas que requieren sus servicios “ya no les resulta suficiente que les expliquemos superficialmente la estrategia que seguiremos o qué significa lo que dice la demanda que van a firmar. Ahora quieren entender de qué se trata (…) También necesitan entender las sentencias quienes no fueron partes del juicio”.
Vicente Atela, titular del Juzgado en lo Civil y Comercial N° 2 de La Plata, resaltó en diálogo con Diario Judicial que muchas veces “el abogado termina siendo una especie de traductor e interlocutor técnico entre lo que resuelve el juez, o lo que dice el expediente, y el ciudadano común que necesita ser representado”.
En esa línea, consideró que “el uso de giros en otro idioma como pueden ser los latinismos, todos ellos alejan a la persona común de lo que se está resolviendo y de lo que es su caso”, y agregó que “lo que se busca es que la escritura judicial que habla muchas veces con lenguaje técnico con ritualismos, frases en latín o argumentaciones muchas veces rebuscada, que sólo pueden ser comprendidas por abogados”.
Diario Judicial aprovechó la ocasión para recopilar algunos fallos publicados por distintos tribunales del país (tanto Juzgados como Cámaras y Superiores Tribunales) y que cuentan con la cualidad de haber sido redactados en lenguaje claro, y van desde sentencias penales hasta adopciones, pasando por fallos que resuelven juicios por accidentes de tránsito.
Provincia de Buenos Aires
En septiembre del 2019, la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, representada por el Ministro Sergio Torres, firmó el Acta de integración como miembro adherente a la Red de Lenguaje Claro Argentina (ReLCA). La ReLCA fue creada con el objetivo de promover en los organismos del Estado y demás instituciones públicas el uso de un estilo de redacción simple y eficiente en el contenido de los documentos y actos públicos para facilitar la comprensión y el acceso universal a todos los ciudadanos. En torno a ese objetivo, la Suprema Corte de Justicia, a través del Instituto de Estudios Judiciales, impulsará y promoverá un programa de formación sobre lenguaje claro en el ámbito de la administración de justicia provincial.
Ciudad de Buenos Aires
Esta iniciativa también fue adoptada por el Juzgado N° 10 en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Pablo Casas, que confeccionó y publicó una guía del lenguaje claro y estilo. El fundamento de su redacción es que «el debido proceso exige que toda persona pueda defenderse, probar, impugnar, obtener una decisión que esté debidamente motivada, y otras garantías esenciales que permitan considerar que el trámite y la decisión judicial son válidos»
El documento incluso aconseja evitar el uso de frases como “a sus efectos”, “autos y vistos”, “cédula de estilo” y «córrase vista”, entre otras.
Córdoba
-En la causa “Vega Silvana Elisa c/Saire Pablo Walter Ceferino- abreviado daños y perjuicios- accidente de tránsito- tram. Oral- (exp. 7962694)”, el juzgado de 36º Nominación en lo Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba, a cargo del juez Román Abellaneda, hizo lugar a la demanda de la actora por daños y perjuicios contra el demandado, aduciendo que, en una maniobra imprudente cuando sacaba su auto a la calle los embistió, provocándole al auto de la accionante graves daños. Condenó al demandado y la aseguradora a pagarla suma de $99.800 en concepto de daños materiales. El fallo fue redactado en un lenguaje “claro y comprensible para todas las partes”.
-En autos “Alarcón, Víctor Joaquín p.s.a. abuso sexual agravado continuado, etc”, la Cámara 2° en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Córdoba incorporó párrafos de lectura fácil dirigidos a la víctima de un abuso sexual. Una adolescente de 15 años de edad. El Tribunal condenó a diez años de prisión a Víctor Joaquín Alarcón, un joven de 25 años que abusó sexualmente de su hermana, por parte de madre, cuando ella tenía entre nueve y trece años de edad. Para dirigirse a la víctima, la jueza titular del Juzgado, Mónica Adriana Traballini, utilizó lenguaje claro.
Catamarca
Un juez dictó una sentencia con lenguaje claro a un joven de 17 años condenado por tres hechos delictivos, quien desde pequeño está inmerso en las drogas y sin apoyo familiar. El magistrado resaltó la ausencia del estado y la necesidad de dar apoyo a este tipo de situaciones
El Juzgado de Control de Garantías de Primera Nominación de San Fernando del Valle de Catamarca declaró penalmente responsable al joven de 17 años BVJA por tres hechos: robo en calidad de autor, hurto calificado por escalamiento en grado de tentativa en calidad de autor, y robo doblemente calificado por el resultado de la lesión y por haber sido cometido con arma en calidad de autor.
El imputado ya había sido denunciado a los 11 años por reiteradas oportunidades por la policía y trasladado a comisarías e instituciones estatales para “resguardar” a niños y niñas bajo el eufemismo de una supuesta niñez en riesgo. El fallo fue firmado por el Juez de Responsabilidad Penal Juvenil de Catamarca, Rodrigo Morabito, quien incluyó varios fragmentos de fácil lectura dirigidos al joven.
“Sé muy bien de tu problema de adicción grave a las drogas y que estuviste en reiteradas ocasiones internado en el hospital por lo que tomaste”, y que “conozco muy bien a tu familia y por todo lo que pasaste y pasás con ella, tus enojos, tu rebeldía, tus tristezas, tus miedos y tus necesidades. Sé que te drogabas para soñar con los juguetes que no podías tener”, son algunas de las frases que se pueden leer en la sentencia.
Fuente: DiarioJudicial