Estaba alcoholizado y había amenazado a quienes protestaban. La víctima fue un vigilador privado de 38 años, padre de cuatro hijos.
En marzo de 2017, durante una jornada nacional de protesta de la CTA, un camionero embistió una protesta de forma intencional en la localidad santafesina de San Lorenzo y mató a un obrero de seguridad que estaba cortando la ruta junto a otros trabajadores. El fiscal que investigó el caso pidió una dura condena para el joven que conducía el vehículo: 22 años de prisión efectiva. A Cristian Adrián Socias, de 24 años, se lo acusa del delito de homicidio simple en calidad de autor. El fiscal Aquiles Balbis le achaca un «claro desprecio por la vida, tanto de la víctima fatal como así también de los manifestantes que se encontraban apostados en el lugar del hecho». A partir de las pruebas recopiladas en el expediente, se pudo comprobar que concretó su amenaza de «arrasar» con el piquete. Esas fueron las palabras que utilizó cuando minutos antes los manifestantes le habían impedido el paso. El reloj marcaba las 4 de la madrugada cuando Socias se topó con una protesta de la CGT de San Lorenzo. «Para pasar tenés que dejar la carga», le explicaron en buenos términos quienes estaba cortando la ruta 11. Con insultos, destrabó el acoplado y siguió camino. Antes de marcharse, los amenazó con atropellarlos. Metros más adelante, dobló en U, tomó velocidad y se abalanzó sobre quienes estaban bloqueando el cruce. Un primer grupo se dispersó a los gritos cuando vio aparecer al camión a toda velocidad. Socias pasó sobre las cubiertas quemadas y siguió su carrera a toda velocidad. Metros más adelante había otro grupo, donde se encontraba arriba de su moto Jonatan Gardini, de 38 años, vigilador privado y padre de cuatro hijos.
El camión no detuvo su marcha y escapó del lugar. Fue alcanzado varios kilómetros más adelante por dos patrulleros de Gendarmería. Los manifestantes, furiosos, quemaron el rodado. Las pruebas de rigor confirmaron que Socias estaba borracho: le detectaron 1,16 gramos de alcohol por litro de sangre. Su abogado defensor planteó en todo momento que su cliente actuó bajo emoción violenta por la imposibilidad de avanzar por la ruta con la carga que llevaba. El fiscal Balbis basó su pedido de pena en las declaraciones de 67 testigos y en los resultados de 10 informes periciales. En su requisitoria para elevar el caso a juicio detalló que el imputado «concretó la amenaza previamente vertida de arrasar con los manifestantes una vez que el imputado había traspasado el corte de la ruta donde se llevaba delante una manifestación de protesta».
Fuente: Clarin
