El fallo no tiene impacto directo en Colombia y aún resta ver qué tipo de influencia podría tener en la tierra del Cartel de Medellín, en donde circulan más de 120 hipopótamos, descendientes de los traficados por Escobar
WASHINGTON.- Unos cien hipopótamos que pertenecen a una manada que había sido introducida en Colombia, de contrabando, por el famoso narcotraficante Pablo Escobar, son ahora reconocidos como “personas interesadas” tras una decisión de la corte federal estadounidense de este mes. Se cree que el fallo judicial es el primero de este tipo en el país norteamericano.
En Animal Legal Defense Fund (ALDF), una organización sin fines de lucro que defiende las leyes de los animales y buscó conseguir la calificación de “personas interesadas” para los “hipopótamos de la cocaína”, indicaron que el fallo del juez del tribunal del Distrito Sur de Ohio es un “hito crítico”, en tanto el sistema legal americano ahora es capaz de reconocer los “derechos exigibles” que competen a los animales.
Escobar pasó de contrabando varios hipopótamos a su finca en la década de 1980, y sus crías silvestres ahora deambulan por los humedales al norte de Bogotá, siendo la especie invasora más grande del planeta. El gobierno de Colombia había considerado sacrificarlos, pero Luis Domingo Gómez Maldonado, un abogado de derechos de los animales, presentó una demanda en julio de 2020 buscando prevenir sus asesinatos.
Desde entonces, las autoridades colombianas han dicho que esterilizarán a la manada con un anticonceptivo químico llamado GonaCon que fue desarrollado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y actualmente se utiliza para esterilizar animales como caballos y ciervos.
El abogado del personal de ALDF, Ariel Flint, dijo que la orden de la corte federal es “limitada”, ya que su propósito es permitir que dos expertos estadounidenses en vida silvestre sean depuestos en apoyo de los procedimientos legales en Colombia.
Pero, para Flint, el testimonio de los expertos es “fundamental para garantizar que los hipopótamos se esterilicen de manera humana y para demostrar que la esterilización es una opción eficaz para cualquier hipopótamo que aún pueda ser sacrificado”. Esas fueron sus palabras en un correo electrónico dirigido a The Washington Post.
En los años ‘80, Escobar llevó cuatro hipopótamos a su quinta en Colombia, Hacienda Nápoles, para agregarlos a su colección privada de animales exóticos, que también incluía avestruces, jirafas y elefantes. Después de morir, en 1993, los hipopótamos se quedaron a su suerte, viviendo a lo largo del río Magdalena, y se reprodujeron elevando la población actual a alrededor de 120 animales.
Estos mamíferos semiacuáticos son ahora la comunidad más grande de hipopótamos fuera de su África natal, y pudieron prosperar en ausencia de depredadores naturales en América del Sur. El clima favorable en la región puede haberlos inducido a reproducirse a una edad más temprana, según conjeturan los investigadores.
Si bien la Justicia de Estados Unidos dispuso la categoría de “personas interesadas” para los hipopótamos, los especialistas en temas legales advierten que el fallo no tiene impacto directo en Colombia y que aún resta ver qué influencia podría tener en la tierra del Cartel de Medellín.
Hasta el momento, los tribunales colombianos caracterizan a los hipopótamos como “seres sensibles” con ciertos derechos, una actitud jurisprudencial elogiada por Gómez Maldonado.
En 2018, un tribunal de Colombia también otorgó la condición de persona jurídica a parte de la selva amazónica en una decisión histórica que instó al gobierno a poner fin a la crisis de deforestación de la región.
El antecedente de la orangutana Sandra
En octubre de 2015, la jueza porteña Elena Liberatori hizo lugar a la acción de amparo interpuesta por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada) y falló que la orangutana Sandra -que vivía en el Zoo de la Ciudad- era una “persona no humana” y “sujeto de derechos” y su traslado a un santuario, que mejore sus condiciones de vida, debería ser decidido por una comisión de expertos y el gobierno porteño. Finalmente la orangutana fue trasladada a fines de 2019 a un santuario para grandes simios en Florida, Estados Unidos.
Fuente: La Nación