Una sentencia de la Corte Suprema del país norteamericano declaró violada la primera enmienda luego de que una porrista fuera sancionada por su escuela al publicar un mensaje “vulgar” en la red social Snapchat.
La Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que una escuela secundaria de Pennsylvania violó la primera enmienda al sancionar a una estudiante que publicó un mensaje “vulgar” en la red social Snapchat, donde mostraba su descontento por haber quedado fuera del equipo de porristas del equipo de softball.
El voto mayoritario conformado por los jueces Stephen G. Breyer, John G. Roberts, Samuel Alito, Neil Gorsuch y Brett Kavanugh, y las juezas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Amy Barret, señaló que la escuela se extralimitó al sancionar a una estudiante por una publicación emitida por fuera del horario y el ámbito escolar, sin que se enmarcara dentro de un discurso de intimidación, bullying o acoso.
El caso se inició en el año 2017, luego de que Brandi Levy -porrista de una escuela secundaria en Pennsylvania- publicara un mensaje en Snapchat donde mostraba su descontento por no haber quedado dentro del grupo de porristas para el equipo de softball estudiantil.
El mensaje, publicado un día sábado mientras se encontraba en una cafetería, mostraba una imagen de la estudiante con su dedo medio levantado con las palabras “escuela”, softball”, “porristas” y “todo”.
A partir de ello, luego de que un estudiante realizara una captura de pantalla, la escuela decidió suspender por un año a Brandi Levy para participar del equipo de porristas, con el fundamento de que la sanción era necesaria para “evitar el caos” y mantener el “ambiente de equipo”.
Al llegar la causa a la Corte Suprema, el voto mayoritario consideró que si bien la escuela secundaria puede tener un interés en la protección de las expresiones de los estudiantes fuera de la escuela, eso no es suficiente para sobrepasar el derecho a la libertad de expresión que ampara a Brandi Levy.
Asimismo, señalaron que el discurso crítico de la estudiante no encuadra dentro de un discurso de intimidación, bullying o acoso dirigido a individuos en particular, ni en amenazas dirigidas a profesores o a otros estudiantes, y tampoco implicó violación alguna a las reglas de redacción de artículos o al sistema de seguridad de la escuela.
Por otra parte, los magistrados tuvieron en cuenta el hecho de que el mensaje fue publicado fuera de la escuela y del horario escolar, un día sábado, en una red social con 250 contactos del círculo privado de la estudiante y que no se refirió a ninguna persona ni escuela en particular.
El primero de esos aspectos, fue el que tomó más fuerza entre el voto mayoritario de los 8 jueces y juezas, que consideraron que el interés de la escuela en proteger los buenos modales y en sancionar el lenguaje vulgar se vio disminuido por el hecho de que el mensaje fuera publicado en el tiempo libre de la estudiante.
En ese sentido, recalcaron que en el discurso emitido por Brandi Levy, la escuela no se encontraba situada in loco parentis (en lugar de los padres) y que la institución no demostró que otras acciones realizó para prevenir el vocabulario vulgar.
Uno de los votos más destacados fue el del juez Stephen G. Breyer, quien resaltó que “las escuelas públicas de Estados Unidos son las guarderías de la democracia”, por lo que “nuestra democracia representativa solo funciona si protegemos el ‘mercado de ideas’”.
Finalmente, el magistrado señaló que “las escuelas tienen un gran interés en asegurar que las generaciones futuras comprendan el funcionamiento en la práctica del conocido aforismo ‘No apruebo lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo‘”.