Le rompían las piernas a las mujeres para cobrar seguros.

Uno de los abogados seguirá en la cárcel por su participación en la banda de estafadores, que se habría hecho ilegalmente de más $12.000.000.

Una mujer denunció que en 2009, un grupo de hombres le rompieron la pierna a cambio de pagarle $3.000. El hecho formó parte de una red de maniobras en la que una banda de abogados simulaba accidentes de tránsito para cobrar indemnizaciones de las compañías de seguro. Sin embargo, nunca le pagaron. En diciembre de 2018, Hugo César Schiber, un abogado que tenía su estudio jurídico en Sucre al 200, frente a los tribunales de Morón, fue condenado. Para la Justicia, fue el presunto jefe de la banda de rompehuesos que habría estafado en más de $12.000.000 a diversas aseguradoras con accidentes que nunca ocurrieron. Ahora, el Tribunal Oral Nº 7, de San Isidro, rechazó el pedido de excarcelación presentado por los defensores de Schiber y el abogado seguirá preso. Según fuentes judiciales, los jueces del tribunal expresaron que el poderío económico del imputado le permitiría escapar. Tal es así, que las maniobras realizadas durante el proceso ayudaron a la fuga de uno de los integrantes de la banda: Federico Schiber, hijo del condenado. Cuando los policías y funcionarios judiciales allanaron la casa del acusado, encontraron una agenda con tapas negras que contenía anotaciones en las que se hacía referencia a Olga, una de las mujeres a la que les rompieron los huesos.

Frente a esto, el abogado les pidió a los investigadores que entregaran la agenda porque allí había anotaciones imprescindibles para su trabajo y necesitaba copiarlas. «Al facilitarle la agenda, Schiber comenzó a tachar con birome todo aquello que podía perjudicar su situación», expresó uno de los funcionarios que participó en el allanamiento. Durante la última jornada del juicio oral, la fiscal Toso pidió que Schiber sea condenado a 20 años de cárcel. Además, solicitó al tribunal un anticipo de veredicto y que, en caso de declararlo culpable, se proceda a su inmediata detención. Todas las mujeres estafadas, actualmente sufren inconvenientes para caminar por las fracturas que les provocaron al menos tres integrantes de la banda y temen represalias por haber declarado. Desde mediados de diciembre, Schiber está preso en la cárcel de Olmos. En las declaraciones, las mujeres describieron el traslado a un galpón, donde les inyectaban un poderoso anestésico (xilocaína), les ponían un pañuelo en la boca y una frazada o una campera sobre la cara para ahogar los gritos y, luego, dos patovicas les pegaban con una maza o una llave francesa grande hasta provocarles una fractura expuesta de tibia y peroné.

Fuente: Infobae Profesional

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