La mujer acusada de participación primaria en episodios de vejámenes y corrupción de menores hipoacúsicos dijo la atacan porque es «mujer, oriental, religiosa o monja».
La monja Kosaka Kumiko, acusada de participación primaria en episodios de vejámenes y corrupción de menores hipoacúsicos del Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, sostuvo que la sociedad la «ha crucificado». «Hoy la sociedad me ha acusado y me ha crucificado, sin fundamentos», manifestó la religiosa ante Tribunal Colegiado en un video que se publicó en Internet. La mujer manifestó: «Una de las razones por la que yo considero, entiendo o puedo llegar a pensar es que primero soy mujer, soy oriental, soy religiosa o monja como me llaman muchos. Por lo tanto, soy más fácil de golpear». «Yo sigo de pie. Me voy a seguir manteniendo de pie con la frente en alto porque yo no tengo absolutamente nada que ver con todo esto. Ni yo ni la hermana Asunción», sostuvo y continuó: «Nunca vi, nunca escuché, nunca llegó a mí nada de eso. Porque si me hubiese llegado algo de eso a mí, algo hubiese hecho. Estoy segurísima, porque sino la conciencia no me quedaría tranquila». Sobre el final citó una frase del Evangelio: «No hay nada oculto que no deba ser descubierto». «No lo digo yo porque sea monja, porque sea católica, sino porque tiene que ser fundamento y vida de todas las personas que nos proclamamos cristianos católicos. Esa es la fe que me mantiene con la esperanza viva. Esa es la fe que me mantiene para seguir viviendo y para seguir con la frente en alto», explicó. Volvió a pedir su libertad y reiteró: «Lo voy a repetir todas las veces que sea necesario: soy inocente».
Fuente: Cadena 3