La mujer había sido suspendida de la fuerza. El fallo hace una revisión integral de las pruebas y aplica la perspectiva de género en base a la legislación nacional e internacional.
La Cámara Federal B de la ciudad de Córdoba ratificó en un fallo de fines de noviembre la decisión del juez Miguel Vaca Narvaja de reincorporar en su puesto a una estudiante de Enfermería de la Fuerza Aérea Argentina, luego de haber enfrentado acoso sexual, laboral, violencia de género e institucional.
En la fundamentación del fallo, los tres jueces de la Cámara hicieron hincapié en la legislación nacional e internacional contra la violencia de género y en la necesidad de analizar las pruebas en forma integral.
BMV (las siglas de su nombre) es una estudiante de la Escuela de Enfermería del Hospital Aeronáutico Central y en 2018 solicitó el traslado al Hospital Aeronáutico de Córdoba, donde vive su núcleo familiar. Esta solicitud fue denegada e hizo otro pedido en 2019.
La mujer indicó en la causa y en la solicitud de la acción de amparo ante la Justicia que en esa oportunidad el encargado de Unidad, el suboficial S.C. le ofreció ayuda para facilitar la gestión del expediente en pase, con una conducta inadecuada, insinuaciones y comentarios de índole sexual hacia ella, quien rechazó y expresó su incomodidad frente a dicho trato.
A partir de allí, BMV comenzó a recibir malos tratos de su jefa, A.C., quien la cambió de lugar de trabajo y no le autorizaba las salidas de radio de guarnición para viajar a Córdoba a ver a su familia, generándose una “constante violencia psíquica y emocional por parte de sus superiores, de forma intimidante, con un trato discriminatorio de forma tal que le provocaron una total desvalorización personal”, según indica el fallo.
Su superior, S.C., le habría ofrecido a ayudarla en el pedido de traslado a cambio de que tener sexo con ella. La mujer se negó rotundamente. Ese fue el comienzo de otra etapa de hostigamiento y violencia institucional hacia la mujer.
IRREGULARIDADES
La víctima relató distintas situaciones que fue viviendo en ese tiempo y aseguró que con el paso de los meses la situación se agravó. En paralelo a su pedido de traslado, y a fin de ascender al grado de cabo confirmado, BMV debió realizar en agosto de 2019 una evaluación psicofísica en el Hospital Aeronáutico.
Los estudios le diagnosticaron Chagas y problemas psiquiátricos, que luego fueron descartados infiriendo que se trataba de un error. Ante la falta de precisión y seguridad que demostraron los exámenes realizados en el Hospital Aeronáutico, la mujer decidió por su cuenta realizarse idénticos estudios en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (INMAE) un mes después.
Sin embargo, al momento de retirar dichos estudios, le informan que se habían extraviado, aunque ella tomó conocimiento de que fueron retirados por una suboficial principal de la fuerza.
Días después, la jefa de Gabinete Psicológico del Hospital Aeronáutico la citó a realizarse nuevos estudios por el extravío de los anteriores. Al presentarse a dicha evaluación, la mujer dijo que estaba medicada por una infección urinaria con antibióticos y presentó la receta correspondiente.
Sin embargo, en el diagnóstico se calificó a la BMV como “no apta” por “adicciones”, y hasta la trataron de “drogadicta”, por lo que le dieron licencia hasta que se dispusiera una junta médica. La mujer nunca tuvo acceso a la carpeta sanitaria y no se le brindó usuario ni clave para operar.
El peregrinar continuó por tres instituciones privadas donde realizó los mismos exámenes que en el Hospital Aeronáutico y todos indicaron que la mujer era “apta”, sin ningún diagnóstico parecido a los plasmados en los estudios anteriores.
La mujer inició entonces un pedido de reincorporación, solicitando que se descartaran los estudios anteriores. Incluso, acudió a la Oficina de Género de las Fuerzas Armadas sin obtener ninguna respuesta ni investigación por todo lo que planteaba: el acoso sexual, el hostigamiento de sus superiores y las irregularidades en los exámenes.
Las constantes negativas de acceso a información y el sugerir su baja no hicieron más que prolongar su licencia médica, sin ser reincorporada a su puesto de trabajo.
AMPARO
Fue entonces cuando la mujer solicitó en la Justicia Federal una acción de amparo para ser reincorporada a la Fuerza presentado todas las pruebas. Ante ello, el juez federal Vaca Narvaja hizo lugar en un extenso fallo donde explicó cada una de las violencias sufridad por BMV.
Sin embargo desde la Fuerza apelaron la sentencia, pero la Cámara Federal B el pasado 24 de noviembre ratificó la decisión del juez.
El fallo judicial se basa en la obligación del Estado Argentino de proteger a las mujeres contra cualquier forma de discriminación, según la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), tambiénplasmado en la Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
Además, los jueces Abel Sánchez Torres, Liliana Navarro y Eduardo Ávalos hicieron hincapié en la importancia de abordar estos casos con perspectiva de género, evaluando la prueba en forma “integral” en un marco de violencia institucional.
Los jueces indicaron que en el caso analizado “se dan por reproducidos los tipos de violencia previstos por la Ley 26.485, como la violencia psicológica, que es la que causa un daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenazas, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación, aislamiento en el acoso laboral”.
También mencionaron la violencia sexual, “que comprende cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproducción a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación”
La sentencia destacó las irregularidades en los exámenes médicos, la manipulación de los resultados y el claro trato discriminatorio sufrido por la mujer por parte de la Fuerza Aérea.
Además, remarcó la importancia de considerar los relatos de la víctima en casos de violencia de género, como prueba para los casos se acoso sexual, algo que suele suceder sin la presencia de testigos “menos aún documentado de manera escrita; por tal motivo se debe estar primero que nada a lo relatado por la víctima, creyendo y valorando su vivencia y luego prestar atención a los indicios que develen lo sucedido”.
También abordaron la necesidad de reconocer que la discriminación y el acoso no suelen manifestarse de manera clara y patente, lo que requiere de una valoración integral de las pruebas.
Por todo ello, la justicia determinó que BMV sea reincorporada para poder terminar sus estudios de Enfermería.
Fuero: Laboral
Tribunal: Cámara Federal B de Córdoba
Voces: violencia de género, violencia institucional, acoso sexual y laboral
Fuente: lavoz.com.ar