Sumaron sus denuncias a una causa que lleva adelante la jueza Servini de Cubría sobre los crímenes del franquismo.
En España muy pocos hablan de las historias de vida de los republicanos deportados a campos de concentración por un acuerdo perverso entre la dictadura de Francisco Franco y la Alemania nazi. Eran unos 9.300. Más de la mitad, 5.185 españoles, fueron torturados y exterminados allí.
Once de ellos recuperaron la voz este martes aquí, en Madrid, cuando sus familiares se acercaron a la embajada argentina sobre la calle de Fernando El Santo para hacerle entrega a la cónsul general Moria Wilkinson de sus denuncias ante la Justicia argentina.
Desean sumarse a la querella que la Justicia de nuestro país lleva adelante desde 2010, cuando abrió una causa por los delitos cometidos durante la Guerra Civil española (1936-1939) y la dictadura de Franco hasta el 15 de junio de 1977, cuando se celebraron las primeras elecciones democráticas en España.
La Argentina indaga sobre los crímenes franquistas de lesa humanidad que, además de no prescribir, si en el país en el que ocurrieron no son investigados, pueden ser juzgados por cualquier otra nación que se lo proponga.
Por eso Enrique Pastor Moreno, Eufemio Jaime García y otros descendientes de republicanos deportados presentaron este martes sus denuncias para sumarse a la querella argentina a la que en enero se agregaron, en Galicia, unas veinte familias descendientes de republicanos asesinados en los campos de exterminio.
“Nuestra intervención es específicamente técnica -aclara a Clarín la cónsul argentina en Madrid-. Los consulados reciben las denuncias presentadas en nuestras sedes. Certificamos la firma de quienes las presentan y esa documentación se remite a nuestra Cancillería, a la Dirección de Asistencia Jurídica Internacional, que a su vez la remite al Poder Judicial, al Juzgado Federal número 1.”
La jueza federal María Romilda Servini de Cubría está a cargo de la investigación. Pensaba viajar a España en marzo pero, según fuentes de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica española, deberá postergar el viaje por obstáculos que frenan la investigación en España.
“No queremos ni dinero ni venganza ni abrir viejas heridas. Lo que queremos es, precisamente, todo lo contrario: cerrarlas de una vez por todas. Sólo aspiramos a que se conozca la verdad”, dice Eduardo Pastor, nieto de un republicano asesinado en el campo de Gusen un anexo del de Mauthausen donde fueron exterminados casi todos los republicanos a quienes los alemanes identificaban como “rojos españoles”.
“Son las primeras denuncias que se hacen en Madrid que afectan a los deportados republicanos españoles -cuenta Enrique a Clarín-. Se ha intentado olvidar esta historia en España. No se ha estudiado en los colegios. Prácticamente la gente la desconoce.”
Los descendientes de estos españoles deportados hicieron una presentación luego en el Ateneo de Madrid, sobre la calle Prado.
Allí, la abogada que lleva las denuncias en España, Ana Messuti, se mostró esperanzada en que más familiares de deportados se sumen a la causa: “Es poquísima la proporción entre los asesinados y los familiares que tendrían que estar presentes», dice Messuti y aclara por qué han preferido presentar los casos en forma de denuncia y no de querella: “Tratamos de remediar esta desproporción (entre la cantidad de víctimas y casos presentados) con este método de presentarlo como una denuncia y no como una querella. ¿Está infravalorado jurídicamente? No. La querella requiere probar el vínculo familiar, algo difícil en muchos casos. En la denuncia no es necesario”.
A la presentación asistió también el historiador Benito Bermejo, estudioso de la deportación española a los campos de concentración nazi. “Sin el aporte de Benito hubiera sido más fácil que se olvidase la historia de nuestros familiares”, dice Enrique Pastor.
-¿Por qué eligieron sumarse a la querella argentina?
-Porque no ha habido todavía ningún acto de justicia a nuestros deportados por parte de la justicia española. Se ha negado siempre responsabilidad por parte de las autoridades españolas en la deportación de nuestros familiares cuando hay pruebas de la connivencia entre el gobierno franquista y la Alemania nazi. Nuestros familiares mueren en campos de concentración porque Franco no los considera españoles. Pasan de ser prisioneros de guerra a ser apátridas. Esto nunca se reconoció por parte de las autoridades españoles. Alemania reconoció su responsabilidad, Francia incluso, donde nuestros familiares estuvieron refugiados durante un año. España nunca.
-¿Cómo se enteraron de que en Argentina había una causa contra los crímenes del franquismo?
-A través de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
-¿Han tomado contacto con la jueza Servini de Cubría?
-Todavía no hemos hablado con ella. Esperamos hacerlo pronto.
Fuente: Clarin