El debate que se abrió en Italia el año pasado, luego de que un nene de siete años perdiera la vida por no recibir antibióticos para combatir la otitis que padecía, se reactivó tras la muerte de una economista de 43 años que se negó a hacer quimio y siguió una terapia alternativa. La Unión Europea analiza cambiar la legislación.
En España, la muerte de Rosa Morillo, una economista de 43 años que, dos años antes, decidió tratarse el tumor de un centímetro que le detectaron en una mama solo con homeopatía y terminó con metástasis en piel, huesos y médula reactivó el debate por el uso de los productos que recomiendan algunos médicos que practican esa rama de la medicina. El tema estaba en la agenda de salud de la Unión Europea (UE) desde el año pasado, tras el deceso, en Italia, de un nene siete años que no recibió antibióticos para combatir la otitis que padecía, por la negativa de sus padres. La Justicia abrió una investigación por homicidio culposo en contra de la pareja y también incriminó al médico que los asesoró, quien, según según declaró el abuelo materno del infante, cegó a su hija y a su yerno con su “delirio de omnipotencia”. El trágico episodio propició que el tema se tratara en los diarios y abundaron las editoriales y los debates en las redes sociales. Ahora, por el caso de Morillo -que se sumó a otros- el Gobierno español planteó ante la UE que es necesario cambiar la legislación vigente sobre homeopatía; especialmente, por el aumento de fallecimientos de pacientes oncológicos que dejan de lado medicamentos y prácticas basadas en evidencia científica por productos y tratamientos homeopáticos. Además, expuso que la actual regulación pone en riesgo la salud de los ciudadanos y argumentó que la homeopatía “forma parte de las terapias basadas en la pseudociencia”.
El texto que presentó el Ministerio de Sanidad español sostiene que considerar los productos homeopáticos como medicamentos incumple la directiva 2011/83 de la UE, que establece que “deben poseer propiedades curativas o preventivas que deben constatarse a través de la evaluación científica”. Así, sostiene que la falta de claridad produce confusión en la población en relación a las propiedades de las recetas homeopáticas. En ese contexto, se dio a conocer una carta abierta promovida, entre otros, por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer, la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, el Círculo Escéptico y la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad, firmada por 400 personas del ámbito científico y sanitario, dirigida a la ministra de Sanidad española, Luisa Carcedo. En la misiva se enfatiza que si bien en algunos casos los individuos que recomiendan terapias homeopáticas no son médicos ejercen con impunidad desde centros asistenciales que incumplen la legislación, y que en otros se trata de galenos colegiados que actúan con el conocimiento de las entidades, que les permiten “seguir engañando a enfermos graves y llevarlos, en el mejor de los casos, a caer en un engaño, o en el peor, a la muerte”, como le sucedió a Morillo. Morrilo, entusiasta de la medicina alternativa, se limitó a tratarse con homeópatas y “naturópatas”. Sus argumentos contra la quimio surgían de publicaciones que había leído. A un año de su diagnóstico, aunque perdió un pecho su tumor ya se había expandido, le siguieron recetando preparados homeopáticos y “fitoterapéuticos”. También le indicaron prácticas ortomoleculares (vitaminas) e “hidroterapia” (bañarse en agua caliente salada). En 2017, por la extensión del cáncer y su deterioro físico aceptó hacer radioterapia, pero era tarde.
Cuando falleció, sus deudos presentaron una denuncia ante la Organización Médica Colegial. Por la cantidad de casos similares, el organismo puso en marcha un Observatorio contra las Pseudociencias. España se suma a los países que cuestionan la eficacia de la homeopatía. Recientemente, el Reino Unido dejó de financiarla en el sistema de salud pública. Por su parte, el Estado francés -que paga el 30% de su costo- anunció que avaluará su eficacia. En Argentina, en marzo del año pasado se presentó un proyecto de ley para regular la materia, con el fin de que la homeopatía sea ejercida en forma excluyente por profesionales de la salud habilitados que posean “certificación de las asociaciones médicas homeopáticas que cumplen con el programa curricular avalado por la Liga Médica Homeopática”. También propuso incorporar las prestaciones homeopáticas, incluidos los medicamentos, al Programa Médico Obligatorio (PMO). La iniciativa reabrió en el país el debate sobre la efectividad de la homeopatía en el país. La polémica no se hizo esperar y se alzaron las voces en contra del texto, bajo la premisa de que las políticas de salud que adopta el Estado deben basarse en evidencias. Ezequiel Arrieta, médico e investigador del Conicet, destacó que “la crítica básica a la homeopatía es que no ha cambiado, en base a la nueva evidencia, su forma de ver el funcionamiento del organismo”. “Es una disciplina cerrada, que no interactúa con otras y que no sigue los pasos del método científico para obtener sus resultados”, manifestó, acotando que sus resultados pueden ser explicados a través del efecto placebo.
Entrevistado por Clarín, Claudio Belacopitt, presidente de Swiss Medical Group, dijo: “Me encanta cómo los diputados en la Argentina se sientan a plantear incorporaciones al PMO y nunca se preguntan cómo se financian. Ven qué incorporan al PMO, pero no pasan por un hospital a ver las carencias elementales que hay: de gasas, de suturas, de personal, de tomógrafos. En el caso de las prepagas, como la financiación es de los socios, esos costos se reflejan en el aumento de la cuota”. La autora del proyecto es Paula Urroz, de Unión PRO. Antes, promovió el llamado “Consentimiento informado en materia de vacunación”, que recibió el rechazo unánime no sólo de especialistas y de sociedades científicas, sino también de los legisladores de su propio bloque y de la sociedad civil. Actualmente, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) no tiene competencia respecto a fórmulas magistrales. En el país no hay medicamentos homeopáticos de venta libre ni laboratorios que los produzcan, ya que los elaboran los farmacéuticos, que tienen autoridad legal para prepararlos a partir de las indicaciones del médico.
Fuente: Comercio y Justicia