“No se trataban de conductas del tipo sexual porque los masajes eran en los brazos o nuca, pero sí conductas humillantes”, explicó el juez Correccional de Villa Mercedes, Dr. Santiago Ortiz.
El docente daba clases a chicos de 4º grado en una escuela de Buena Esperanza. También fue denunciado por golpes y violencia verbal. El magistrado lo procesó por el delito de Lesiones Leves. Golpes, violencia verbal y conductas humillantes como hacerse dar masajes en el cuello o los brazos por alumnos de cuarto grado fueron algunas de las acciones que la justicia comprobó para procesar a un profesor de una escuela de Buena Esperanza como presunto autor del delito de lesiones leves. Las víctimas son cinco menores de edad. El juez en lo Correccional y Contravencional de la Segunda Circunscripción Judicial, Dr. Santiago Ortiz, ofreció este jueves una conferencia de prensa donde explicó los fundamentos del procesamiento del docente de apellido Escudero. “El auto de procesamiento tiene que ver por las acciones desplegadas en las cuales consideré que no eran accidentales desde el punto de vista de su interlocución con los alumnos. O pegarles o el despliegue de ciertas conductas humillantes como hacerse hacer un masaje en los brazos, nuca o cuello a cambio de premios o no. No hablo de conductas del tipo sexual sino en el marco respecto del delito de lesiones”, fundamentó el juez. Y agregó: “Cuando me refiero a premios debemos contextualizarlo dentro del ámbito del aula. Lograr ir al baño, por ejemplo. Entendí que la posición dominante de un profesor respecto de un alumnado implicaba una lesión”.
Lo que el titular del juzgado Correccional tuvo en cuenta a la hora de dar su dictamen fue el testimonio en Cámara Gesell de cinco alumnos. El hecho sucedió en la localidad de Buena Esperanza y se originó en agosto de 2016 cuando un grupo de padres denunció al docente por maltratar a sus hijos. Luego de las pruebas presentadas y del testimonio de las víctimas, el juzgado concluyó que existió maltrato físico y emocional en el trato diario de la escuela. “Todo se empieza a descubrir cuando una madre escucha la conversación de los menores respecto al tipo de conductas que desplegaban. A esta mamá le llamó la atención, les preguntó y los chicos comienzan a contar. A raíz de esto la madre lo contó al resto de papás, hablaron con los directivos de la escuela y radicaron la denuncia”, comentó el juez. El docente deberá realizar terapia psicológica y/o psiquiátrica de acuerdo a lo que la ciencia médica aconseje, a los fines de tratar los eventuales problemas personales y/o familiares y/o conductuales que lo aquejan conforme el devenir de los hechos pesquisados. Tal tratamiento deberá acreditarlo por ante el juzgado Correccional cada treinta días y por el término de un año, bajo apercibimiento de considerarlo incurso en el delito de desobediencia a una orden judicial.
Fuente: Periódico Judicial