1. Introducción
La inteligencia artificial (en adelante IA) es un fenómeno que ha ido evolucionando exponencialmente desde sus modestos inicios en la década de 1950 y en los últimos años, especialmente tras el lanzamiento de modelos conversacionales como ChatGPT, ha logrado captar la atención de la población por sus deslumbrantes resultados y ha conseguido instalarse en la agenda pública global.
Estos sistemas, que prometen beneficios transformadores, dejan también severas dudas en torno a los riesgos y desafíos que conllevan. Actualmente son numerosas las actividades que se encuentran atravesadas de algún modo por las aplicaciones de la IA, desde el análisis de big data hasta el diagnóstico médico y la conducción autónoma de vehículos. Es en este contexto que, ante el avance desmesurado de estas injerencias en tan poco tiempo, diversos actores -tanto del ámbito público como privado- comenzaron a poner sobre la mesa, el debate acerca de la necesidad de regular estas tecnologías.
Pese a sus innegables e innumerables oportunidades, la IA plantea interrogantes éticos, legales y sociales que deben abordarse. Preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad, la transparencia y la responsabilidad han llevado a un intenso debate global en torno al diseño más adecuado para regular estas tecnologías emergentes.
En tal dirección, encontramos posturas divergentes. Por un lado, algunos actores sostienen que una regulación prematura podría obstaculizar el progreso tecnológico y sugieren otorgar un “período prudencial de gracia” para que la IA continúe evolucionando antes de establecer normas vinculantes . Por otro lado, aquellos actores que abogan por una temprana regulación del fenómeno a fin de garantizar que el desarrollo tecnológico de la IA vaya enlazado con ciertos valores como la transparencia, la trazabilidad, el respeto por los derechos fundamentales y ciertos estándares éticos que permitan mitigar de algún modo los potenciales riesgos que pudieran presentarse.
Dentro de este último grupo se encuentra la Unión Europea, que ha dado un paso decisivo a mediados del mes de marzo de 2024, aprobando por amplia mayoría la primera ley vinculante sobre IA a nivel mundial, la cual entrará plenamente en vigencia en dos años y persigue armonizar la regulación en todo el bloque económico.
Desde este acontecimiento, el debate acerca de la necesidad de regular la inteligencia artificial se ha acelerado tanto en el ámbito global como local. De hecho, el tratamiento parlamentario europeo ha resonado en nuestro país donde actualmente se encuentran en trámite tres proyectos legislativos que buscan regular, con diferentes enfoques y alcances, el uso de la IA en Argentina.
Por ello, a partir del presente artículo se pretende en primera instancia analizar de manera sucinta los puntos centrales del marco normativo recientemente aprobado en la Unión Europea para luego explorar los proyectos de ley que existen actualmente en el ámbito del Congreso Nacional, analizando en consecuencia sus contenidos e implicancias.
Finalmente, se presentarán algunas reflexiones sobre las perspectivas y el camino a seguir para nuestro país en el ámbito de estas tecnologías transformadoras, dilucidando las ventajas y desventajas que una regulación normativa nacional podría conllevar.
Derecho Público
Número
84
Fuero: Público,
Voces: inteligencia artificial, regulación, proyecto de ley, responsabilidad algorítmica, desarrollo, implementación,
