La Defensoría porteña recomienda ir a un «esfuerzo compartido entre las partes».
A cada rato surgen nuevas dudas sobre cómo manejarse durante el aislamiento social preventivo y obligatorio que decretó el Gobierno hasta el 31 de marzo. Ante la excepcionalidad de la situación, muchos consumidores se preguntaron si corresponde pagar o reclamar la devolución de cuotas por servicios que no pudieron utilizar como gimnasios, escuelas, talleres y otros que se pagan por adelantado.
“Es complicado determinar una pauta rígida a seguir porque todos los servicios son diferentes”, explicó a TN.com.ar Gerardo Gullelmotti, director del área de Consumidores de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
Ante la imposibilidad de usar un servicio que ya había sido pagado antes de que se decretara el aislamiento, el primer paso desde el lado del consumidor es ver qué tipo de servicio es y si el proveedor ofreció otra alternativa, por ejemplo virtual, para seguir llevándolo adelante.
En el caso de gimnasios y otros institutos similares, la clave para saber si el derecho del consumidor se cumplió es ver si el espacio ofreció alguna propuesta de entrenamiento o acompañamiento virtual durante el tiempo en que cerraron sus puertas.
En el caso del alquiler de estacionamientos, por ejemplo, el consumidor debería pagar normalmente siempre que permanezca abierto y disponible, más allá de cuánto se lo utilice.
Gullelmotti explicó que, por ejemplo, en el caso las escuelas y otros establecimientos educativos privados, “la mayoría están siguiendo esquemas de clases virtuales a distancia, donde las maestras mandan tarea, más que nada para que los alumnos no se atrasen». «De esta forma, siguen adelante con el programa educativo”, subrayó.
Sin embargo, aclaró que “las escuelas tienen otros conceptos, por ejemplo viandas y viáticos, que no se pueden cobrar porque son servicios que el colegio no les está dando a los chicos». «Ante esta situación de fuerza mayor, el derecho al consumo va a chocar con el derecho laboral, porque los trabajadores tienen que seguir cobrando igual”, puntualizó.
En este sentido, el especialista afirmó que lo ideal es “avanzar hacia un horizonte de esfuerzo compartido” en el que ambas partes cedan un poco en cuanto a la pretensión para que no haya ninguna que salga perdiendo por demás.
“El consumidor no tiene que pagar por nada que no se le preste, pero ante esta situación de fuerza mayor debería haber una especie de compensación de ambas partes”, aseguró Gullelmotti. El director considera que lo ideal es que el consumidor acepte ceder algo y que el proveedor del servicio ofrezca una reparación por aquello que no se dio.
Acá va a haber que buscar herramientas que aseguren el derecho del consumidor, pero sin que se le tire toda la carga a la parte que presta el servicio”, afirmó.
Gullelmotti cree que «el termómetro de la situación» lo tendrán cuando el aislamiento termine y la gente vuelva a esos servicios. «A medida que tengamos los distintos reclamos, iremos viendo cómo se resuelven”, concluyó.
Fuente: TN