Jonatan Emmanuel Bin fue condenado por un femicidio triplemente agravado y por abuso sexual. El hecho ocurrió en febrero de 2023 en el barrio de Constitución. La víctima fue atada, abusada, golpeada y presentaba más de 20 lesiones. A horas del hecho, el ahora condenado se autoincriminó en mensajes donde se comparó con el odontólogo Ricardo Barreda.
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) N°26 de la Capital Federal condenó ayer a prisión perpetua a un exempleado del Ministerio de Trabajo de la Nación por el femicidio de su pareja Marina Inés Tripodi, también empleada del mismo organismo, ocurrido en febrero de 2023 cuando la víctima fue atada, abusada y asesinada a golpes en su domicilio del barrio porteño de Constitución. El fallo fue en línea con lo solicitado por la fiscal general ante esos tribunales, Diana Goral.
El imputado Jonatan Emmanuel Bin (39) -quien fue detenido a cuatro días del hecho y cumple prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza-, recibió la pena máxima al ser considerado autor de un “homicidio agravado por haber mediado una relación de pareja, por haber sido cometido con alevosía, ensañamiento y contra una mujer por un hombre mediando violencia de género (femicidio), en concurso ideal con el delito de abuso sexual con acceso carnal».
El TOCC N°26 estuvo integrado para este debate por los jueces Maximiliano Dialeva Balmaceda (presidente), Carlos Rengel Mirat y Julio Pablo Quiñones.
El caso
Según lo descripto en el juicio por la fiscal general Goral, Bin y Tripodi se conocieron en el ámbito laboral, dado que ambos trabajaban en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. El imputado se desempeñaba en la Dirección de Infraestructura y Servicios Generales, aunque había sido trasladado a la Dirección General de Gestión de Recursos Humanos, misma área donde cumplía funciones la víctima.
Asimismo, a partir del relato brindado por un hermano, una hermana y la cuñada de la víctima, se pudo establecer que Tripodi estaba en pareja con Bin desde hacía siete u ocho meses y que faltaba un mes para que el 27 de marzo de 2023 contrajeran matrimonio. La pareja no convivía, sino que el imputado se quedaba a dormir algunas noches en la casa de la víctima -quien tenía dos hijas adolescentes de un relación anterior-, y otras lo hacía en su domicilio de la localidad de Hurlingham.
“¿Sabés qué me siento? El odontólogo Barreda, tal cual!”, escribió Bin en un mensaje enviado luego del femicidio a la hermana de la víctima.
De acuerdo a lo reconstruido en el debate y a la acusación que al momento de requerir la elevación a juicio oral formuló la fiscal a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°54, Laura Belloqui, el femicidio ocurrió entre las 21 y las 22 del 24 de febrero de 2023 en el interior de la vivienda de Tripodi, ubicada en la calle Pedro Echagüe al 1100 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“El imputado propinó una gran cantidad de golpes en todo el cuerpo de la víctima -rostro, cabeza, pecho, abdomen, brazos-, le colocó una soga alrededor del cuello y la boca, que enlazó además con sus manos y la ató por detrás de la espalda, reforzó esa atadura con cinta adhesiva alrededor de su boca y cuello y abusó sexualmente de ella”, puntualizó la fiscalía.
La autopsia determinó que la muerte de Tripodi fue causada por “politraumatismo y hemorragia interna y externa” y los médicos del Cuerpo Médico Forense describieron más de 20 lesiones entre excoriaciones, equimosis y desgarros.
“La violencia desplegada sobre el cuerpo de la víctima, por su intensidad inusitada, tuvo la indudable finalidad de provocarle la muerte, de un modo dirigido inequívocamente a ocasionarle dolor y sufrimiento y, además, para reducir su capacidad de defensa, de modo tal de actuar sobre ella sin ningún tipo de riesgo para sí mismo”, señaló el requerimiento de la fiscalía.
Luego de perpetrar el ataque, Bin dejó a Tripodi tirada en el piso del dormitorio, le sustrajo el chip de su teléfono celular y se retiró del domicilio.
La víctima fue hallada atada, ensangrentada y tirada en el piso de su dormitorio por sus hijas adolescentes de 13 y 17 años, cuando regresaron de una salida al cine que habían hecho junto a su tío -hermano de Tripodi-, y la pareja de éste, quienes al llegar a la vivienda llamaron al 911.
Los mensajes del imputado: “¿Sabés qué me siento? El odontólogo Barreda”
Uno de los elementos de prueba destacados por la fiscal Goral y reproducidos en el debate, fueron una serie de mensajes autoincriminantes que, aún prófugo, el propio Bin le envió a través de WhatsApp primero al hermano de su pareja y luego a la hermana.
“Tu hermana me trató siempre como una basura”; “me trataba como un trapo de piso y se reía en mi cara”; “yo ya tengo decidido quitarme la vida, a la cárcel no pienso ir; “¿qué onda tu hermana? ¿está viva?”, son algunos de los mensajes de texto que envió a horas de cometido el crimen y cuando aún estaba prófugo.
En otros, afirmó: “Bien merecido se tiene lo que le hice”, “¿Sabés qué me siento? El odontólogo Barreda, tal cual!”, en referencia al múltiple homicida platense -ya fallecido-, que en 1992 asesinó a su esposa, sus dos hijas y su suegra.
La fiscalía planteó que la actitud asumida por el imputado con posterioridad al crimen y el contenido de este tipo de mensajes demostraban no sólo un reconocimiento explícito de la autoría del hecho, sino también “un desprecio absoluto por la vida de la víctima, una visión misógina respecto de ella, de las mujeres que formaban parte de su entorno y de la figura femenina en general”.
Bin fue condenado por «homicidio agravado por haber mediado una relación de pareja, por haber sido cometido con alevosía, ensañamiento y contra una mujer por un hombre mediando violencia de género (femicidio), en concurso ideal con el delito de abuso sexual con acceso carnal».
Las lesiones del imputado y otras pruebas en su contra
Otro elemento valorado en el juicio por la fiscalía fueron las lesiones que el propio imputado presentaba en ambas manos al momento de ser detenido el 28 de febrero de 2023, a cuatro días del femicidio.
Bin se encontraba enyesado en su brazo derecho debido a que, de acuerdo a las constancias médicas luego obtenidas, se había ido a atender a los hospitales de Hurlingham y Haedo por la fractura del cuarto metacarpiano (dedo anular) de su mano derecha.
La fiscalía planteó que las lesiones constatadas en el imputado se compadecían con “el brutal daño” que le ocasionó la víctima y que provocaron su deceso.
Asimismo, otras pruebas planteadas por la fiscalía y que incriminaron al imputado al ubicarlo en la escena del crimen fueron las celdas en las que impactaron las comunicaciones de su teléfono celular (lo ubican a las 20.08 de aquel 24 de febrero de 2023 en la antena de Constitución con cobertura en la vivienda de Tripodi), el recorrido que hizo en transportes públicos reconstruido por el análisis de su tarjeta SUBE y el testimonio de un vecino que lo reconoció entrando a la casa de la víctima a las 20.30 de esa noche.
Además, las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, captaron a Bin retirándose del lugar a las 22.03 -vestido con remera gris, short deportivo oscuro, zapatillas oscuras con suela blanca y una mochila gris con vivos verde fluo-, corriendo por Pedro Echagüe desde Lima hacia Salta. Al pasar por un supermercado, detuvo su marcha, compró una bebida y continuó caminando.
Fuero: Penal,
Tribunal: Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) N°26 de la Capital Federal,
Voces: condena, prisión perpetua, femicidio, misterio de trabajo, tribunales, víctima, defensa,
Fuente: fiscales.gob.ar