El 16 de abril pasado, un hombre llegó a su inquilinato y dejó su motocicleta con seguro y candado en la parte del garage. A la mañana siguiente, cuando se levantó para ir a trabajar, el vehículo no estaba.
Ese mismo día, mientras se encontraba almorzando en un comedor, alrededor de las 14.30, vio pasar a dos mujeres a bordo de una moto idéntica a la suya. Se quedó vigilando en el lugar con la expectativa de que volvieran a circular por esa calle. Así fue. Las vio venir a lo lejos y le pidió a un vecino que lo acompañara para verificar si verdaderamente era su vehículo. Se paró en la calle y les hizo seña, pero la conductora aceleró y siguió de largo. El denunciante las persiguió y logró alcanzarlas porque un poco más adelante se le salió la cadena a la moto.
Las jóvenes huyeron y él llamó al Sistema de Emergencia 911. Se quedó en el lugar esperando a que llegara la policía. A los pocos minutos vio aparecer nuevamente a las dos mujeres acompañadas por siete hombres que intentaron agredirlo y le quitaron nuevamente la motocicleta. En ese grupo estaba el imputado.
El denunciante esperó a que llegara la policía y describió al acusado, quien fue rápidamente identificado por ser conocido en el ambiente delictivo. El móvil se dirigió al domicilio del sujeto, en Ampliación Villa Juanita, donde recuperaron el rodado, que se encontraba oculto en medio de la maleza.
El juez Javier Aranibar, vocal de la Sala I del Tribunal de Juicio, condenó al imputado (32) a tres años y dos meses de prisión efectiva por el delito de robo en poblado y en banda. Ordenó que el condenado siga detenido en la cárcel penitenciaria local.
Fuero: Penal,
Tribunal: Sala I del Tribunal de Juicio,
Voces: robo, motocicleta, condena, prisión efectiva, denuncia, delito,
Fuente: justicia salta
