Cómo ponernos de acuerdo con el distanciamiento social en nuestras propias familias

Cómo respetar nuestras diferentes posturas sobre socializar con seguridad, sin generar divisiones, es una de las cuestiones que deberemos resolver al momento del desconfinamiento.

A medida que la pandemia sigue su curso y las restricciones se reducen, he tenido dudas acerca de a qué eventos sociales debería asistir, si es que acaso decido ir a alguno. Negarle a mis padres la oportunidad de ver a mi hijo, ni mencionar abrazarlo y besarlo, me duele en el alma. Siento un vacío al no poder ver a mi hermana y sus hijos. Pero como todavía existen muchas preguntas sobre el virus, mi familia —como muchas otras en Estados Unidos— está intentando descifrar cómo socializar de aquí en adelante.

“Vamos a ver muchas fisuras en las dinámicas, a veces incluso en nuestras propias familias, mientras las personas comienzan a determinar cuales serán sus próximos pasos”

Lyndsay Volpe-Bertram, jefa de la sección de psicología en Spectrum Health, una organización de atención médica con sede en Michigan.



Tenemos diferentes personalidades, tolerancias al riesgo y situaciones que alteran nuestras posibilidades de propagar o contraer el virus, y que determinan cuán seriamente podría afectarnos.

Entonces, ¿cómo podemos respetar nuestras diferentes posturas sobre socializar con seguridad, sin generar divisiones?

Las técnicas que expertos comparten a continuación pueden ayudar a resolver delicadas situaciones pandémicas, y a construir relaciones sanas en general.


Entendamos de dónde proviene el estrés: antes, necesitamos reconocer que los desacuerdos sobre la pandemia pueden ser particularmente tensos. También necesitamos reconocer la razón por la que eso sucede. “Cuando nos sentimos amados, a salvo y conectados, nos sentimos seguros”, afirmó Carla Marie Manly, psicóloga clínica en el condado de Sonoma, California. Durante una pandemia, cuando tantas cosas ya de por sí son desconocidas y se sienten inseguras, puede ser especialmente importante mantener en armonía nuestros círculos familiares y de amistades.

Cualquier cosa que perturbe esa armonía, genera estrés y ansiedad. Parte de la ansiedad proviene del deseo de nuestra propia familia de que los aceptemos y de nuestro deseo de que nos acepten, afirma Volpe-Bertram: “Por lo general queremos que sean felices. Queremos estar en sintonía con ellos”. Si tu familia llegó a algún consenso, como por ejemplo haber decidido reunirse para un cumpleaños, y no estás de acuerdo con esa decisión, ambos bandos podrían sentirse ofendidos.


Otra parte de la ansiedad viene de simplemente anticipar una situación en la cual podrías estar en desacuerdo. “Solemos anticipar que las personas van a estar molestas con nosotros, que nos van a hacer sentir culpables y nos van a dejar de invitar a sus reuniones”, afirmó Volpe-Bertram.

Volpe-Bertram dice que el peor escenario que solemos imaginarnos por lo general no se cumple. “Creamos muchos escenarios en nuestra mente, lo cual es parte de lo que logra la ansiedad”. En cierto modo, la anticipación nos ayuda a preparar la respuesta a una situación difícil, “pero también nos lleva a cavilar y pensar demasiado los escenarios, y ahí es cuando ya deja de ser útil”.
Sin importar cuál sea el origen de nuestro estrés, existen maneras de mitigar la tensión.


Establecé y luego comunicá tus límites: Primero, decidí el tipo de socialización con el que te sientas cómodo. “Todos tienen que hacer su propia evaluación de riesgos”, afirmó Gary Brown, un destacado terapeuta matrimonial y familiar de Los Ángeles. “Tenés derecho a establecer tu propio nivel de tolerancia al riesgo”.
Volpe-Bertram sugiere que te hagas la siguiente pregunta: “Si dejo por fuera las opiniones de todos los demás, ¿con qué me sentiría más cómodo?”. Identifica tus propias reglas, como por ejemplo aceptar reunirte con tu familia fuera de casa pero sin compartir alimentos. Brown aconseja escribir tus lineamientos, sabiendo que podrían cambiar con el tiempo.


Luego, comunicá tus reglas con claridad para que los demás sepan tu postura. Establecer límites puede ser incómodo y requerir de práctica, dice Volpe-Bertram, quien por eso sugiere ensayar lo que vas a decir para que informes tu decisión de manera clara y sin sonar a la defensiva.
Tampoco necesitas dar una larga explicación, afirma Volpe-Bertram. Cuando explicamos excesivamente nuestras decisiones, se “debilita nuestro poder de comunicación”. ¿Cuál es la mejor manera de comunicar tu decisión? Cree en el límite que estableciste, mantené la confianza y hablá de manera amable, aconseja Volpe-Bertram.
“Los verdaderos amigos respetan nuestros límites, incluso si no están de acuerdo con ellos”, dijo Manly. Sin embargo, agregó que cuando esos límites son nuevos, a veces también necesitamos darle tiempo a la otra persona para que realmente escuche y cumpla lo que le decimos.


Pedile a la otra persona sus lineamientos: además de expresar tus propios límites, investigá qué le da tranquilidad a la otra persona. Manly sugiere realizar preguntas como: “¿Podés decirme qué te hace sentir seguro con el distanciamiento social? ¿Qué medidas estás tomando?”. Al preguntar y escuchar, estás demostrando que querés respetar sus límites. Tener esa conversación te permitirá sentirte más conectado y disfrutar el tiempo que compartas con esa persona.


Sentite cómodo diciendo “no: Incluso los mensajes mejor transmitidos pueden tener resistencia, lo que conduce a mayor incomodidad. Cuando comenzás a establecer límites, esa experiencia no solo es nueva para ti, sino también para la persona a la que le estás poniendo los límites, quien “probablemente reaccione negativamente”, afirmó Volpe-Bertram. Esa otra persona podría decir cosas que te hagan sentir culpable, como por ejemplo sugerir que no te preocupás por ellos. Si cedés, esas personas sabrán que lo único que tienen que hacer para obtener lo que desean es presionar un poco.

“Hay que entender que tenemos derecho a nuestra propia opinión”, dijo Brown, especialmente en materia de salud y seguridad. “No solo es que esté bien que estés en desacuerdo. Es un derecho básico, y no tenés ninguna necesidad de pedir disculpas por eso”.


Si alguien te desafía o dice algo negativo, podés responder con: “Sé que tenemos dos visiones distintas del asunto, y quiero respetar lo que sentís. Me gustaría que hicieras lo mismo por mí”, afirma Volpe-Bertram.

Reconoce tus emociones y las de los demás: cuando diferimos con alguien, puede ser útil enfocarse en preocupaciones comunes, como por ejemplo querer que todos estén a salvo. Sin embargo, hay un enfoque incluso mejor para demostrar que te interesa el bienestar de esa persona. “Validar las emociones de la otra persona puede calmar la situación”, dice Volpe-Bertram. Cuando estés conversando con tu ser querido, Volpe-Bertram aconseja decir algo como: “Sé que nos extrañas mucho. Nosotros también te extrañamos. Esto es muy difícil”. Cuando escuchamos y validamos los sentimientos de otros, “eso ayuda mucho a romper la tensión”.


Recordá que debes revaluar tus lineamientos
A medida que vayamos viendo oleadas de nueva información, todos estaremos modificando la manera cómo socializamos. “Todavía estamos aprendiendo muchas cosas sobre esta enfermedad y sobre cómo se transmite”, dijo Linda Lee, jefa de asuntos médicos y científica en UV Angel, una compañía que desarrolla tecnología de luz ultravioleta para desinfectar el aire y las superficies.
“Recordá estar abierto a reconsiderar tus límites, quizás dependiendo de cuán seguro o no sientas que estás en una situación específica”, dijo Brown. Pero asegúrate de evaluarte, en particular la manera en la que tu cuerpo responda, añadió. “Siempre ten en cuenta la respiración, porque ese es el principal barómetro de nuestros cuerpos”. Si te sientes tenso o nervioso, eso podría ser una señal de que has flexibilizado demasiado tus límites.

Buscá nuevas maneras de fortalecer las relaciones: Si no podés visitar a un ser querido, ya sea por desacuerdos con la socialización, asuntos médicos o distancia geográfica, intentá fortalecer el vínculo de otra forma. Aparte de chats y actividades compartidas por video, conversá sobre algunos planes que te gustaría realizar una vez que se pueda. “Hablar sobre planes puede hacer fluir emociones positivas y fomentar la sensación de estar conectados”, afirmó Volpe-Bertram. También aconseja ver viejas fotos y videos junto a esa persona para compartir la nostalgia y los recuerdos felices. No importa la manera en la que decidas hacer el contacto, incluso si es solo un texto o una llamada telefónica breve. Al hacerlo, le estás diciendo a alguien “te tengo presente”, afirmó Manly. Eso puede ayudar a mantener viva la relación hasta que tengas la libertad de visitar nuevamente a esa persona.

Fuente: RioNegro.com.ar

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