Un tribunal de los Países Bajos se valió de la herramienta de IA generativa para resolver un reclamo donde un vecino denunció que una construcción lo obligó a mover sus paneles solares. El magistrado buscaba conocer el promedio de vida de los paneles, la energía generada y otros datos que lo ayudaron a sentenciar.
Una pelea vecinal que involcró a los propietarios de una casa que tenía colocados paneles solares en sus techos y los titulares de otra construcción vecina que, a los fines de poder avanzar en su obra utilizaron temporalmente su techo para sostener una estructura, terminó en un fallo donde ChatGPT utilizado como perito.
El conflicto radicó en lo siguiente: los actores denunciaron que debieron mover los paneles solares para que el demandado pudiera poner su estructura, y a cambio este pagaría una compensación por la pérdida de eficiencia de esos paneles, pero cuando no se lograron poner de acuerdo sobre el precio, los primeros rechazaron el uso del techo.
Es que según los demandantes, el rendimiento reducido de los paneles era del 77%, lo que a su vez impactaba en el subsidio brindado por el gobierno por el uso de energías renovables, fue el cual también se reducía.
En tal sentido, calculó que en los 20 años de vida útil que les quedaba a los paneles, estaría perdiendo casi 14 mil euros de subsidio por la pérdida de eficiencia, a lo que se sumaba que como su inversión original en esa tecnología se volvía menos rentable perdería unos casi 8 mil euros extras.
En su demanda a su vez agregó que la estructura en su techo implicaba un peligro de incendio debido a su baja altura y la presencia de conductos en su techo.
Por su parte, la demandada reconvino alegando que era su parte la que sufrió daño debido a que el actor no dejó que el contratista siga ingresando al techo para que termine la construcción, estimando un costo de más de 14 mil euros a lo que se debía anexar intereses.
Para poder determinar el daño real el juez entonces se valió del uso de ChatGPT, al cual consultó para saber cuál era el promedio de vida útil de los paneles solares y en base a ello calculó que a los paneles del caso le quedaban aún en promedio 15 años de vida.
El magistrado fue analizando las posturas de las partes y la existencia real de una pérdida de eficiencia de los paneles solares, pero entendía que en las cuestiones de vecindad se debía resolver tratando de compartirse el daño en partes iguales por razones de equidad.
Además, si la parte demandada no quería asumir el costo de esa mitad del daño entonces actuaba en ilegalidad, por ello teniendo en cuenta que el acuerdo de compensación celebrado entre ellos se valuó en hasta 3300 euros, para verificar la ilegalidad del accionar se debía probar que la mitad del daño no excedía de esa cantidad.
Fue entonces que, para poder determinar el daño real, el juez se valió del uso de ChatGPT, al que consultó para saber cuál era el promedio de vida útil de los paneles solares y, en base a ello, calculó que a los paneles del caso le quedaban, aún en promedio, 15 años de vida.
A su vez, utilizó la herramienta de IA generativa para saber cuánta eficiencia podrían perder con el tiempo los paneles a los fines de calcular cuando le correspondería por el subsidio.
El Tribunal de Distrito de Güeldres, en el expediente ECLI: NL: RBGEL: 2024: 3636, finalmente concluyó del cálculo que como el subsidio solo se pagaba hasta 2024, la cantidad perdida de 2022 a 2024 solo ascendía a poco más de 1000 euros y por la eficiencia perdida el actor perdería otros 2250 euros, en total se llegaba a 3,323.40 euros de daño.
Entonces, siguiendo la regla inicial, si la contraria solo debía pagar la mitad del daño por reglas de vecindad, no existía ilegalidad en el actuar de la demandada para hacer lugar a la demanda, encima lo ofrecido por convenio era 3300 euros lo que era superior y ahora por haber sido rechazado tampoco era obligatorio su pago. Finalmente, en el fallo se rechazaron los argumentos sobre la posibilidad de incendios por no lograr probarlo.
¿Como se resolvió la reconvención?:
Por otro lado, el tribunal analizó la reconvención y entendió que el código civil neerlandés reglamentaba el “derecho de escalera”, cuando el uso temporal era necesario para llevar a cabo el trabajo, por lo cual el actor no podía negar el permiso a entrar a su techo dependiendo del acuerdo económico que pudieran arribar.
Esto generaba una ilicitud en su actuar que daba lugar a un reclamo de daños, sin embargo, el tribunal solo admitió daños parciales. A saber, en primer lugar, consideró que el tiempo que la reconviniente tardó en recurrir a una juez que autorice a volver a utilizar el techo era atribuible a su persona y no reclamable.
Nuevamente el juez recurrió a ChatGPT para saber si el material era reutilizable o no, en cuyo caso se perdía y debía reembolsarse.
En segundo lugar, los daños por lluvias debido a que no se había podido terminar el techo de su construcción debido a la paralización de la obra, tampoco era reclamable en tanto no había probado el nexo causal con la disputa.
En tercer lugar, también rechazó el reclamo de una serie de pagos a los contratistas realizados con posterioridad a la negativa a entrar del actor, dado que fueron posteriores a la negativa y por lo tanto el reconviniente ya sabía de esa situación y podía haber replanificado con los contratistas.
Finalmente, admitió el daño producido por costos razonables del contratista y por la reposición de los materiales de aislamiento que el actor arrojo al agua en el medio de la pelea. En este punto se volvió a recurrir a ChatGPT para saber si el material era reutilizable o no, en cuyo caso se perdía y debía reembolsarse. En definitiva, la reconvención terminó prosperando por 2619.02 euros más intereses.
Fuero: Civil y Comercial,
Tribunal: Tribunal de Distrito de Güeldres,
Voces: tecnología, IA, paneles solares, daño, reglas de vecindad, argumentos, daño, contratista,